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Las facturas cruzadas entre empresas del grupo Nóos no aumentan el gasto fiscal

miércoles, 25 de enero de 2012

Foto: Público.es
Desde un punto de vista economicista, las facturas que parece que cruzaron las distintas empresas del grupo Nóos, que pueden o no responder a servicios reales -pensemos que quienes trabajábamos para Instituto Nóos teníamos contratos con las distintas empresas del grupo-, podrían corresponder de forma efectiva a imputaciones contables de subcontrataciones entre empresas (yo por ejemplo que estaba contratado por Virtual Strategies, SL colaboraba con ex colaboradores/as contratados/as de otras empresas y a su vez para clientes de alguna otra de las empresas), o bien ser simplemente una forma ficticia de reubicar los ingresos. Entiendo que este es el punto al que se refiere el delito de falsedad documental (o en parte, pues también buscan entre proveedores y externos facturas realmente 'falsas', que dudo que vayan a encontrar, pero nunca se sabe pues no puedo dar fe de la actividad no ordinaria de la empresa).

En cualquier caso, y ahora opino estrictamente como economista y no como exnóos pues nada tenía que ver con contabilidad en la empresa, el cruce de facturas no es en absoluto una práctica para aumentar el gasto, afirmarlo es un insulto a quienes entendemos de contabilidad o fiscalidad, aunque sea poco como es mi caso. Para entenderlo es como el juego del trilero, la pelotita da igual donde esté, siempre estará bajo alguno de los vasos. O sea, que los ingresos se conviertan en gasto para una empresa, significa necesariamente que se convierten en ingreso para otra, y será ésta y no la otra la que tribute. Así pues, es falso afirmar como hacen algunos medios que era una medida para inflar el gasto.

¿Cuál es el problema del cruce de facturas? Pues el único impacto fiscal que puede tener es si dichos ingresos van a una empresa con pérdidas que, al no tener beneficios, no tributa, y globalmente se disminuye la cantidad satisfecha en impuestos. Pero no parece ser este el caso del Instituto Nóos, pues en la época dorada ninguna empresa declaró pérdidas.