Si hace un año la mayoría de la profesión periodística arremetía contra un "delincuente en la Casa Real", un año después ya se han dado cuenta de qué va el llamado "caso Nóos". Entre compañeros saben los problemas que han tenido algunos en investigar según qué cosas, o las órdenes que han recibido "desde arriba" para dejar de perseguir por ejemplo a Camps y Barberá, clientes de Nóos en Valencia como Matas lo era en Baleares (un "ángel caído" por cierto de ya se sabe dónde). Y ni que decir que la Fiscalía también se ha dado cuenta, hemos visto como ya marca claramente distancia con la "acusación popular".
Da igual que 80 testigos, extrabajadores y colaboradores de Nóos, hayan declarado ante el juez Castro que nunca jamás en su estadía vieron a la Infanta Cristina, oyeron hablar de ella o ni tan siquiera sabían que estuviera en la Junta Directiva. Contra las evidencias, han bastado unos emails "por fascículos" absolutamente intrascendentes penalmente de Diego Torres y la insistencia del sindicato franquista Manos Limpias y su entorno mediático (El Mundo) para finalmente acceder a imputar la Infanta. Porque de hecho el juez Castro no ha citado como testigo a la Infanta nunca, a pesar de la evidencia de que todo el mundo vinculado con Nóos hemos sido citados, como lógicamente corresponde.
Pero lo cierto es que, contra toda lógica y la propia Fiscalía, el juez ha elevado directamente a imputada a la Infanta Cristina por unos ridículos emails que tienen más de Mortadelo y Filemón que de pruebas de un caso "serio" instruido por la vía penal.
Antes de llegar a la conclusión, veamos las pruebas (delitos de verdad en algunos casos):
- Prevaricación del juez Castro, y no por una vez, por dos al menos. A pesar de ser plenamente consciente de la ilegalidad en la que incurre en dictar una fianza de responsabilidad civil por el 100% del monto recibido por prestación de servicios de Nóos a las administraciones balear y valenciana (si por un lado se les acusa de que "algunos gastos" no estarían justificado, lo cierto es que se deduce que "algunos gastos" sí lo estan, por lo tanto nunca procede una fianza por el 100% si ya de entrada reconocen la legitimidad de una parte de los contratos, ello sin tener en cuenta que en absoluto procede un concurso público por un servicio singular que fue idea de Nóos y no de los gobiernos contratantes (no recordamos que en el COI tuviera que ir a consurso por organizar unos JJOO en Barcelona'92). En segundo lugar el caso de la imputación de la Infanta Cristina que comentábamos en la introducción: contra 80 testigos prefiere unos emails intrascendentes y las constantes amenazas de Manos Limpias y la presión de El Mundo.
- Pacto de Diego Torres con Manos Limpias, quienes hemos declarado ante el juez hemos podido observar con estupor como la única pregunta que prácticamente realizaba la "abogada" (¿tendrá el título realmente?) del sindicato franquista era si "vio Vd. alguna vez a la Infanta Cristina". Torres es consciente que el único elemento que se juzga de auténtico trasfondo penal es la más que supuesta evasión de capitales a Belize, de la cual es único responsable, pues Urdangarin ya había roto de forma efectiva con su socio para entonces tal y como han declarado algunos extrabajadores. A cambio de hacer la vista gorda de Manos Limpias (o por chantaje de la misma, es otra opción más plausible), se ha alineado con el complot contra la Monarquía de este sindicato. Torres sabe además que a Manos Limpias no le interesa en absoluto la justicia, sino sólo cargarse una parte esencial del sistema democrático español.
- Plagio del sumario de los artículos de Eduardo Inda, director adjunto de El Mundo, quien desde 2006 empezó a escribir sobre lo que a su criterio era una irregularidad, sin importar incurrir en mentiras flagrantes como ya demostramos en este confidencial hace un año. Cualquier extrabajador de Nóos además sabe que el 80% del libro del susodicho es falso o de dudosa interpretación fascinerosa. En cualquier caso Manos Limpias hizo copiar-pegar para presentar sus argumentaciones legales que serían incluidas en el sumario posteriormente. Hay que añadir la inverisimilitud de que "por casualidad" el juez Castro encontrara unas facturas en el "caso Palma Arena" que hacían referencia a Nóos, y abriera la pieza separata número 25. Si el periodista hacía 5 años que escribía sobre ello, es obvio que no fue casualidad, pero está claro que quienes ya saben lo que hacen tenían que vincularlo a un caso lo más grave posible, y qué mejor que el de Matas, ángel caído del círculo del expresidente español, José María Aznar, conocido enesmitado de SM Juan Carlos I.
- Inconsistencia en absolutamente todas las acusaciones a Urdangarin y su socio, que no tienen fondo penal alguno como ya explicamos (otra cuestión será la ética, moral o incluso picarescas empresariales), y todo se basa en lo que entiende fácilmente la gente como "tráfico de influencias", que no olvidemos que no se les imputa simplemente porque no eran funcionarios públicos, que son los únicos que pueden cometer dichos delitos. En resumen, sigue a rajatabla el "plan para fabricar un complot": inventarse unos cuantos delitos penales (que a los 3 o 5 años terminan archivados) y a partir de ahí se lanza el juicio mediático con memeces de diversa índole.
- Ausencia total de sustento legal en ciertos imputados, si analizamos los desimputados vemos como simplemente no tenían nada que "ofrecer" en crear puentes entre los socios, en especial en esa época (2006-2007) en que no se sabe con certeza (excepto por los testigos) cuando realmente Urdangarin rompió con Torres. Así pues el "contable" o el "testaferro" siguen inauditamente imputados a pesar de quedar demostrado y atestiguado, nuevamente por 80 testigos, de que nada tenían que ver y menos aún que fueran cerebro alguno y, por lo tanto, que tuvieran responsabilidad alguna en todo esto. Resulta curioso como se ha mantenido a esos imputados en concreto, siendo la acusación que pesa sobre ellos de tan baja legitimidad como la de los desimputados. Pero imputados son más "útiles".
- El chantaje permitido de Diego Torres al sistema democrático español, pues si en su momento se hicieron los registros para encontrar, entre otras cosas, material informático y documental, este "ordenador" del que emanan tantos emails que por casualidad encontró Torres sigue en sus Manos, al juez Castro no se la ocurrido dictar su confiscación y terminar de una vez con las entregas por fascículos. ¿Si es una prueba material del caso, qué hace en poder de un imputado?
- Camps y Barberá: los clientes de Nóos olvidados, resulta un tanto inaudito que se acuse de 'prevaricación' a los socios de Nóos cuando para poder estar imputados por ello deben existir funcionarios públicos de alto nivel. Así como nunca se habló de la Infanta Cristina entre los extrabajadores de Nóos, Camps y Barberá, como Matas, eran los habitualmente citados y conocidos como los clientes. Si Matas fue imputado por ello, ¿a qué se debe que en Valencia no haya funcionarios públicos -excepto algunos picateclas- imputados que hubieran podido cometer supuesta prevaricación de la que beneficiarse Nóos?
Si enmarcamos pues el caso en el contexto de corrupción política que se está desatando en todos los colores políticos, vemos como hay intereses en generar sensación de caos e ingobernabilidad, buscando deslegitimar la democracia española ante la mayor parte de la población que, harta de este "caos", se entregará graciosamente a un "Mesías" salvador (ver casos equivalentes de Hitler, Berlusconi, Chávez, Putin, etc.), para así perpetuarse en el poder y destruir la democracia.
El "caso Nóos" no es más que una pieza (no precisamente separata en este caso) en esta estrategia perfectamente diseñada (incluso con motivos reales, como algunos casos de corrupción demostrados, aunque otros curiosamente han terminado archivados como el de los trajes...), y pendiente desde el 23F, su inspiración y precedente.
Por el camino da igual el prestigio, salud y profesión de cuanta gente se carguen, el fin justifica los medios de cualquier integrismo o populismo que se cree "investido por un ser superior" (recordemos las memorias de Aznar en lo relativo a lo acontecido luego del atentado de ETA, esa "visión"...).
De todos modos no es de recibo sólo culpar de todo esto a a ciertas personas, sino más bien apuntar la falta de empoderamiento de la sociedad, que es incapaz de pensar por si misma y se limita, como gallinas, a comerse el grano que les echan desde ciertos medios y tribunas. Y que siga el pan y circo, el linchamiento y la entrega a mesías salvadores...